Ruido en el Bloque FpV pero aún no se rompe
El ultrakirchnerismo en el Senado disminuyó ayer los voltios de la amenaza sobre un micro emprendimiento parlamentario por fuera del bloque FpV-PJ que comanda el rionegrino Miguel Pichetto, pese a la advertencia que lanzó el rebelde Marcelo Fuentes (Neuquén) en cuanto a que "un grupo numeroso" de legisladores de esa bancada votará el proyecto de Ganancias "como vino de Diputados".
La obra de ladrar pero no morder se resume en tres actos. El primero voltea de lleno la estrategia ultra K y provino de una senadora de Santa Cruz, distrito en grave crisis financiera y social: María Ester Labado integra la comisión de Presupuesto y Hacienda y no firmó el dictamen que avala el proyecto marca Massa-Bossio-Kicillof-Donda, que para la mayoría de los gobernadores deja un agujero económico importante en los distritos por la abrupta caída de la coparticipación federal.
El segundo acto vino del senador correntino Carlos Espínola, quien tiene un ropaje kirchnerista menor que Labado: el legislador ya lanzó su campaña a gobernador -la provincia tiene elecciones generales en 2017, como Santiago del Estero- y las primeras mediciones lo posicionan bastante bien en el inicio de ese match.
Con la iniciativa opositora, Espínola se convertiría en partícipe del desfinanciamiento del distrito que podría gobernar en el mediano plazo. Es por eso que, ante el titubeo para firmar el dictamen, fue corrido de la comisión de Presupuesto junto a Juan Irrazábal (Misiones) e ingresaron José Mayans (Formosa) y José Alperovich (Tucumán).
El tercer acto implica el choque entre las aspiraciones "blue" del kirchnerismo de hacerse el dueño de la "defensa de los derechos de los trabajadores" y la negociación del Gobierno con la CGT, el inquilino real de esa representación. La lógica Casa Rosada-sindicatos es, tanto para el oficialismo como para la oposición en el Senado el nervio principal de un cada vez más cercano acuerdo.
"No sé si se va a fracturar el bloque. Lo que puedo decir es que siempre intenté mantener la unidad, respetando todas las visiones", aseguró Pichetto ayer ante la prensa acreditada en el Senado. "No tengo nada personal con Fuentes. En el bloque se debate y se discute fuerte, pero yo debo tener una mirada integral y no sectorial", disparó el rionegrino.
Antes que cayera la noche, Pichetto se reunió con el diputado nacional y líder del Frente Renovador, Sergio Massa. El tigrense gatilló una ambiciosa y excesiva jugada política para adelantarse a la campaña y mostrarse como el principal opositor de Mauricio Macri, y así reacomodar al resto de las fuerzas detrás de su figura. El costo fue mostrarse junto al kirchnerismo para rememorar viejas épocas y, si el Gobierno quiebra el proyecto original, quedará unido en una costosa derrota