Vidal reemplazó al jefe de la Policía, Pablo Bressi
Cercado por una espiral de hechos de corrupción, el jefe de la Policía Bonaerense, Pablo Bressi, pidió ayer el pase a retiro, una salida elegante que le concedió el Gobierno de María Eugenia Vidal en sintonía con la política de depuración de las cúpulas policiales que encaró también en la Ciudad de Buenos Aires Horacio Rodríguez Larreta y que incluyó el desplazamiento de José María Potocar (ver página 13). Bressi será reemplazado provisoriamente por el número dos de la fuerza, Fabián Perroni, quien estuvo a cargo del último Operativo Sol, y fue antes jefe de la Departamental de Mar del Plata y de la jefatura de Lanús, entre otros destinos.
"Tengo el honor de dirigirme a la Señora Gobernadora, a fin de hacerle llegar mi pedido de pase a retiro activo de la fuerza, acorde a haber alcanzado las exigencias establecidas en la reglamentación vigente, respondiendo esta decisión a motivos estrictamente personales y profesionales", arranca la nota que Bressi entregó ayer a Vidal.
En ese mismo momento, el ministro de Seguridad, Cristian Ritondo, anunciaba la detención del comisario mayor Alberto Miranda, jefe de Plantas Verificadoras de Automotores, acusado de recaudar dinero ilegal de coimas. Al momento del arresto, Miranda llevaba un bolso con $200 mil.
La salida de Bressi completa el plan iniciado por Vidal hace menos de un año, cuando redujo a la mitad la cantidad de comisarios y separó a más de cincuenta agentes que no podían justificar su patrimonio o que estaban siendo investigados por irregularidades en la División de Asuntos Internos.
Desde el mismo momento en que la gobernadora lo puso al frente de la fuerza en diciembre de 2015 en reemplazo de Hugo Matzkin, Bressi fue sindicado por Elisa Carrió por sus presuntos vínculos con el narcotráfico (la referente de Cambiemos lo relacionó directamente con Miguel Ángel "Mamelucho", líder de una banda detenido actualmente en Ezeiza) y luego por la denuncia de su expareja, Viviana Figueroa, sobre violencia de género.
Mientras también se amontonaban sobre el escritorio de Ritondo y de Vidal los testimonios de decenas de policías detallando cómo funcionaba el sistema de recaudación proveniente del narcotráfico cuando el ahora exjefe de la Bonaerense estaba al frente de la Superintendencia de Investigaciones de Tráfico de Drogas Ilícitas. Bressi, además, fue durante muchos años el "negociador" del Grupo Halcón, el cuerpo de elite de la Policía.
Pero pese a las denuncias, Vidal lo mantuvo en el cargo por entender que no había pruebas contundentes sobre esas acusaciones.
"Ingresé a esta institución siendo muy joven y tuve la oportunidad y conciencia para realizar mi carrera sirviendo con responsabilidad y honor, asumiendo los deberes y obligaciones de las funciones que se me encomendaron, entendiendo que cada cargo reviste el compromiso diario de la función", sostiene en la carta.
"Los procesos de cambio están en marcha y no tengo dudas del éxito de su gestión para el bien de nuestra sociedad", agrega y considera que Vidal lo "honró y confió con el cargo de Superintendente General de la Policía siendo esta la más alta distinción a la que aspira todo efectivo de la Policía y es por eso que hoy le expreso mi agradecimiento".
"No hay deber más necesario que el de dar las gracias ya que la gratitud no sólo es la más grande de las virtudes sino la madre de todas ellas", concluye.
Pese a todo, Bressi tenía los días contados desde el escándalo por los sobres con $150 mil hallados en la Departamental de La Plata producto de recaudación ilegal de esa repartición. Y terminó de sellar su suerte en febrero, cuando el comisario general Marcelo Di Pasqua lo denunció penalmente por encubrir y participar de la comercialización de drogas.